El Plan de la Prehistoria del Oriente de Asturias: una reflexión sobre la gestión del patrimonio cultural en España

Barcelona, 15 de Abril de 2003

A finales del año 2002, la Mancomunidad de Concejos del Oriente de Asturias, bajo los auspicios de la Consejería de Cultura del Principado, encargó a Stoa la redacción de un plan estratégico para la puesta en valor del patrimonio arqueológico que acabó adquiriendo el nombre de «Plan de la Prehistoria del Oriente de Asturias». El principal objetivo de dicho plan era analizar las potencialidades y los riesgos que entrañaba la utilización del patrimonio arqueológico para potenciar el turismo cultural en el área . A continuación presento el resumen y las principales conclusiones de ese plan porque es un buen ejemplo de las tensiones existentes hoy en día en España entre dos visiones de la puesta en valor del patrimonio: una que apuesta por grandes inversiones en infraestructuras y equipamientos y otra que apuesta por un modelo de desarrollo sostenible basado en la gestión profesional de los bienes culturales.

1. INTRODUCCIÓN.

El aspecto más destacable del Plan de la Prehistoria del Oriente de Asturias es que no se trata solamente de un plan de inversiones en equipamientos culturales y sitios arqueológicos, sino que plantea un nuevo y ambicioso sistema de gestión de los recursos culturales de la comarca oriental de Asturias al que llamamos Museo Abierto de la Prehistoria de Asturias (MAPA)-

Uno de los errores más comunes en España, cuando se trata el tema de la valorización de los bienes del patrimonio cultural, es centrar el debate en uno sólo de los aspectos que engloban la gestión de esos bienes. En algunos casos el acento se pone exclusivamente en la preservación y en otros parece que la única preocupación sea la difusión.

La causa de este error obedece a la ausencia generalizada en España de planteamientos territoriales en la gestión del patrimonio cultural. Su consecuencia más grave es que al priorizar un aspecto en detrimento de los otros se provocan desequilibrios y desviaciones: por ejemplo, el fomento de la investigación científica sin una política de difusión y de comunicación con el público provoca la concepción de las instituciones patrimoniales como órganos científicos de acceso muy restringido. Lo mismo pasa con las políticas centradas sólo en la conservación, que limitan la utilización comunitaria del patrimonio e impiden su desarrollo. De la misma manera, la difusión sin una documentación e investigación previa falsifica la realidad; y la falta de preservación provoca la destrucción del patrimonio.

Frente a estos planteamientos “unilaterales”, el Plan de la Prehistoria del Oriente de Asturias defiende la idea que la gestión de los bienes del patrimonio cultural consiste en un complejo “sistema” que debe buscar el equilibrio entre las cinco funciones que sintetizan el uso y acción social del patrimonio, es decir, la preservación, la documentación, la investigación, la adquisición y la difusión.

2. LA SITUACIÓN DE PARTIDA Y LAS NECESIDADES.

El diagnóstico que se llevó a cabo para la redacción del Plan de la Prehistoria, puso de manifiesto que en la comarca Oriental de Asturias existen en la actualidad profundos desequilibrios y carencias entre las cinco funciones del “sistema patrimonial” y que esos desequilibrios y carencias estaban, por un lado, amenazando la conservación y, por otro lado, dificultando el aprovechamiento social de los bienes del patrimonio cultural de la comarca ¿Cuáles son esos desequilibrios y carencias? Intentaré sintetizarlos de manera breve con algunos ejemplos significativos.

La preservación incluye todas aquellas acciones orientadas a disminuir al máximo los peligros de deterioro y los procesos de degradación del patrimonio. La preservación engloba, por tanto, la conservación preventiva, la restauración, la seguridad y, en general, las actuaciones destinadas a garantizar al máximo la integridad de los bienes culturales y del entorno.

Desde el punto de vista de la preservación, en el Oriente de Asturias nos encontramos en un primer estadio de lo que debería ser una preservación eficaz de esos bienes. En el caso del arte rupestre, por ejemplo, la práctica totalidad de las cuevas con testimonios artísticos significativos del Oriente de Asturias cuentan con un sistema de cierre que impide el acceso incontrolado.

Por el contrario, ninguno de estos yacimientos cuenta con un sistema de monitorización que permita controlar en tiempo real las variables que afectan a la conservación de una cueva (humedad, temperatura y CO2). El control sobre esas variables es necesario para poder intervenir de manera urgente ante una posible alteración. En el caso de las cuevas visitables, el conocimiento de estos datos es imprescindible para poder establecer la capacidad de carga que pueden soportar.

El desarrollo experimentado por la tecnología de transmisión de datos sin cables permitiría el establecimiento de una central de recogida de datos desde donde se podría controlar todo el conjunto de cuevas. Por supuesto, la creación de esta central implicaría, por un lado, la presencia de un conservador que sepa interpretar los datos y establecer las órdenes adecuadas y, por otro lado, la existencia de una organización capaz de intervenir de manera urgente en caso de necesidad.

La documentación abarca el proceso que nos permite recoger la información precisa sobre el origen, historia, contexto y características fundamentales de cada bien patrimonial. Se materializa en las tareas de registro, clasificación, inventario y catalogación. La existencia de inventarios y registros constituye la base para el control y la información del patrimonio. Sobre este particular el principal factor a destacar en el Oriente de Asturias es que no todos los concejos cuentan con inventarios de sus bienes arqueológicos, conocidos como “Cartas Arqueológicas”, cuya realización es competencia del Servicio de Patrimonio de la Consejería de Cultura.

A día de hoy ya han sido completadas las de los concejos de Ribadedeva, Llanes, Caravia, Peñamellera Alta, Peñamellera Baja, Cabrales, Parres, Ponga y Amieva (esta última precisaría ser actualizada). Por el contrario están pendientes de realización las Cartas Arqueológicas de los concejos de Onís, Cangas de Onís, Piloña y Ribadesella. Los datos obtenidos de cada yacimiento se incluyen en una ficha normalizada, circunstancia que permite que toda esta información quede registrada con acuerdo a criterios homogéneos.

Respecto al inventario de bienes arqueológicos, entendemos que es necesario, en primer lugar, finalizar el catálogo de bienes en los Concejos que aún no lo tienen, en segundo lugar, convertir las cartas arqueológicas en una base de datos informatizada y, finalmente, disponer de un sistema permanente de actualización de datos.

La investigación permite garantizar un correcto tratamiento del patrimonio, nos posibilita que profundicemos en su conocimiento y favorece su desarrollo. En el terreno de la investigación nos encontramos con que, al margen de los condicionantes de tipo geográfico, la dispar distribución de yacimientos arqueológicos en el Oriente de Asturias se debe en buena medida al hecho de que el territorio ha sido desigualmente estudiado. El segundo hecho a destacar es que no todas las etapas han suscitado el mismo interés en la comunidad científica. Desde los inicios han sido sin duda el arte rupestre y los yacimientos en cueva los que han acaparado los mayores esfuerzos de los investigadores. Por el contrario, sorprende la poca atención que ha merecido un periodo tan importante para la historia asturiana como es el de los orígenes del Reino de Asturias.

Por tanto, para hacer frente a los desajustes que presenta actualmente el conocimiento arqueológico del Oriente de Asturias es necesario definir una política de investigación que establezca las prioridades de los temas que deben ser investigados y, al mismo tiempo, defina el marco en que pueda desarrollarse esa investigación a partir del establecimiento de convenios con aquéllas instituciones científicas interesadas. En este sentido, consideramos que debería articularse un mecanismo de participación que permita a los responsables políticos y los agentes sociales del territorio manifestar sus intereses e inquietudes respecto a los temas a investigar.

La adquisición se refiere a las distintas formas por las cuales un patrimonio, más allá de su titularidad, pasa a la tutela de unos agentes responsables de su gestión, sea mediante la compra o, según los casos, mediante excavación o donación.

El principal desajuste que hemos detectado en el Oriente de Asturias en el terreno de la adquisición es que necesita sobrepasar el marco local en el que se mueve actualmente. Entendemos que sin menoscabar la autonomía y las competencias de la administración municipal, se hace necesario impulsar una perspectiva comarcal que permita rentabilizar al máximo los esfuerzos que se están haciendo en materia de valorización de bienes del patrimonio cultural. Debido a que es imposible por parte de la administración adquirir todo aquello que sería susceptible de ser considerado como patrimonio, esta función patrimonial necesita sustentarse en unos criterios de incremento patrimonial que sean claros y selectivos y, en la medida de lo posible, que sean fruto de la planificación y el consenso y no sólo de la “oportunidad” o de iniciativas particulares.

La difusión es la función orientada al contacto con el público, se desarrolla mediante iniciativas y programas diversos destinados a captar a los posibles usuarios y satisfacer sus demandas. Abarca, por tanto, conceptos distintos, pero con el denominador común de ser los elementos que permiten la utilización del patrimonio por parte del público: información, marketing y comunicación, didáctica, publicación y exposición.

En el caso del Oriente de Asturias, esta función es la que presenta los desajustes más llamativos. Sirvan de ejemplo las colas estivales frente a la Cueva de Tito Bustillo, los graffitis de visitantes decepcionados que cubren la barandilla de madera en el acceso a la Cueva del Buxu o la demanda para instalar agua y electricidad en el Centro de Acogida que nos hizo el guarda de la Cueva de La Loja.

En síntesis, los principales desajustes y carencias que se han detectado en el desarrollo de esta función podemos agruparlas en cuatro apartados.

En primer lugar, la necesidad de incrementar el número de visitantes y los ingresos por visitante para intentar equilibrar las pérdidas que genera actualmente la apertura al público de los recursos visitables. En segundo lugar, la necesidad de mejorar la calidad de la experiencia de los visitantes tanto en lo que respecta a la calidad de los servicios de información y acogida como en la calidad de los dispositivos expositivos y actividades de animación. En tercer lugar, la necesidad de integrar la difusión del patrimonio cultural en las estrategias de promoción turística de la comarca oriental con el objetivo de crear una oferta de turismo cultural sostenible y contribuir a la desestacionalización del sector turístico comarcal. En cuarto lugar, la necesidad de reorganizar el sistema de prestación de servicios para garantizar y homogeneizar la cualificación profesional del personal de atención al público y de los guías a partir de establecer una formación de base mínima (licenciados en historia o humanidades o diplomados de turismo con la especialidad de guías con un reciclaje profesional orientado a conocer los riesgos de visita a una cueva con arte rupestre y conocer el discurso interpretativo a desarrollar en cada sitio).

Debido a las restricciones de acceso a las cuevas con arte rupestre, el incremento del número de visitantes debe producirse por un aumento en el número de recursos visitables y por la creación de nuevos atractivos sin restricciones de visita. De esta reflexión deriva la propuesta de apertura de las cuevas de Coimbre, Llonín, el Bosque y les Pedroses y la creación del Parque Arqueológico de Ardines, de los Centros de Descubrimiento de Onís, Cangas, Llanes y Cabrales y de las Puertas de Piloña, Amieva, Peñamellera Baja y Ribadedeva. Finalmente, entendemos que las actividades de atención al público deberían desarrollarse en el marco de empresas privadas (impulsadas por emprendedores locales), desde una clara vocación de promover el desarrollo local a partir de la creación de nuevos empleos.

3. MIRANDO AL FUTURO: LAS PROPUESTAS DEL MUSEO ABIERTO DE LA PREHISTORIA DE ASTURIAS.

Tal y como hemos visto en el apartado anterior, conseguir una gestión eficaz de los bienes arqueológicos del Oriente de Asturias implicará la realización coordinada de un complejo número de acciones que van desde la instalación de dispositivos de control en las cuevas con arte rupestre hasta la creación de grandes equipamientos culturales como el Parque Arqueológico de Ardines.

Se trata pues de una empresa difícil que precisa de la existencia de una organización profesional dedicada a tiempo completo a materializar las ideas expuestas anteriormente, organización que no existe actualmente en el Oriente de Asturias.

Partiendo de las modernas concepciones de la gestión del patrimonio cultural desde una perspectiva territorial, una vez conocida la situación actual del patrimonio cultural del Oriente de Asturias y después de analizar el marco competencial derivado de la legislación asturiana en materia de patrimonio cultural, hemos llegado a la conclusión que esa organización que precisa el Oriente de Asturias podría constiturise en base al concepto de Museo Abierto y debería tomar la forma jurídica de un consorcio, liderado por el Gobierno del Principado y en el que participaran también la Mancomunidad y los Ayuntamientos del Oriente.

A diferencia de los museos clásicos, dedicados a albergar artefactos en un edificio, la colección del Museo Abierto de la Prehistoria de Asturias estaría formada por bienes inmuebles, es decir, yacimientos, cuevas con arte rupestre y monumentos que van a ser presentados “in situ”. Por otro lado, en lugar de estar ubicado en un único edificio, el Museo Abierto de la Prehistoria de Asturias contaría con un conjunto de equipamientos repartidos por toda la comarca oriental, teniendo su sede central y su equipamiento más emblemático, el Parque Arqueológico de Ardines, en Ribadesella.

Para gestionar esta organización se proponía crear un equipo compuesto por un director-gerente, un arqueólogo-conservador, un responsable de operaciones y un responsable de mantenimiento. Tanto los servicios de atención al público como los de mantenimiento se planteó que fueran externalizados, para incidir mayormente en el desarrollo local.

Los hitos arqueológicos seleccionados en una primera instancia para constituir la “exposición permanente” del Museo Abierto de la Prehistoria de Asturias fueron los siguientes:

CUEVAS CON ARTE RUPESTRE: Tito Bustillo y Les Pedroses en Ribadesella / El Buxu en Cangas de Onís / El Pindal en Ribadedeva / La Loja en Peñamellera Baja / Llonín y Coimbre (Las Brujas) en Peñamellera Alta / El Bosque en Cabrales.

CUEVAS CON YACIMIENTO ARQUEOLÓGICO: La Lloseta en Ribadesella / Los Azules en Cangas de Onís / El Sidrón en Piloña.

MONUMENTOS MEGALÍTICOS: El Idolo de Peña Tú en Llanes / El Dolmen de la Santa Cruz en Cangas de Onís .

CASTROS: Castro de Argandenes en Piloña.

Si bien los sitios arqueológicos eran el elemento central sobre el que se concibió la oferta del Museo Abierto de la Prehistoria de Asturias y dado que había que evitar, por motivos obvios de conservación de dichos sitios, la presión de los visitantes, se consideró necesaria la creación de una red de equipamientos que cubrieran una triple función: acogida y atención a los visitantes, exposiciones y servicios de animación sin restricciones de visita y, finalmente, información sobre el territorio y venta de servicios.

Estos equipamientos se ordenaron en tres categorías:

LA PUERTAS DEL MAPA: debían ser el primer lugar de contacto entre el usuario y el territorio, un espacio que permitiera al usuario la inmersión en el universo desconocido del territorio. Su principal misión era dar a conocer la estructura y los servicios del Museo Abierto de la Prehistoria de Asturias y ejercer de lanzadera para el descubrimiento del territorio que presentan. Las puertas que se plantearon fueron: Puerta de los Desfiladeros, Peñamellera Baja, Puerta de los Acantilados, Ribadedeva, Puerta del Hombre de Neanderthal, Piloña, Puerta de los Bosques Antiguos, Amieva-Ponga.

LOS CENTROS DE DESCUBRIMIENTO: A diferencia de las puertas que ofrecían una panorámica general, los centros de descubrimiento focalizaban su discurso sobre uno de los temas que configuraban el árbol temático del Museo Abierto de la Prehistoria de Asturias. Su misión fundamental era la de dar las claves para disfrutar de un recurso o conjunto de recursos del territorio vinculados a la temática de la ventana. Los centros de descubrimiento que se plantearon fueron:

  • LA SIERRA DEL ÍDOLO: Centro de Descubrimiento del Megalitismo, en Llanes.
  • EL TÚMULO DE LA SANTA CRUZ: Centro de Descubrimiento de las Religiones, en Cangas de Onís.
  • LA SENDA DE LOS SALMONES: Centro de Descubrimiento de la Evolución y el Cambio Climático, en Cangas de Onís y Parres.
  • LA CUEVA DEL OSO CAVERNARIO: Centro de Descubrimiento de la Fauna Glaciar, en Onís.
  • LA CASA DE LOS PINTORES DE CUEVAS: Centro de Descubrimiento del Arte Prehistórico en el Valle del Cares.

EL PARQUE ARQUEOLÓGICO DE ARDINES: entorno de protección y espacio de ocio a la vez, el Parque Arqueológico debía ser el equipamiento más emblemático del MAPA. Constituía por sí mismo una síntesis de todo lo que el visitante podría encontrar en el Museo Abierto de la Prehistoria de Asturias: arte rupestre, hábitats paleolíticos, exposiciones espectaculares, talleres de prehistoria, etc….

5. A MODO DE CONCLUSIÓN.

Para la puesta en marcha del Museo Abierto de la Prehistoria de Asturias se estableció un periodo de cuatro a cinco años, en función de las disponibilidades presupuestarias y la inversión mínima inicial se estimó en unos trece millones de euros. Sobre este particular quiero subrayar que la redacción actual del Plan de la Prehistoria no debe entenderse como algo cerrado sino que su objetivo es proporcionar criterios y argumentos que ayuden a la construcción de un debate racional entre todos los agentes del Oriente de Asturias preocupados por el futuro de su patrimonio arqueológico.

El equipo redactor del Plan entiende que las razones económicas no son las únicas que deben tenerse en cuenta a la hora de tomar decisiones, pero sí que es necesario saber qué va a significar en términos económicos la apuesta por un tipo u otro de proyecto de puesta en valor. No se trata, por tanto, sólo de discutir sobre cuál debe ser la cuantía de la inversión que se haga, aspecto que ha centrado la discusión en torno a Tito Bustillo hasta la fecha, sino también de cuáles van a ser los costes anuales de explotación y mantenimiento y cómo se va a financiar esos costes. Confiamos en que los datos, argumentos y reflexiones que proporciona el Plan de la Prehistoria sirvan para que los responsables políticos puedan tomar la decisión más adecuada para el futuro de la Comarca Oriental de Asturias.