Apps sí, pero ¿cómo? y ¿por qué?

REFLEXIONES POST «SEMINARIO-TALLER DE APPS PARA MUSEOS Y MONUMENTOS»

Manel Miró

Los pasados días 17, 18 y 19 de Diciembre impartimos en la sede del IL3 -Instituto de Formación Continua de la Universidad de Barcelona- el «Seminario-Taller de Apps para Museos y Monumentos». Se trataba de una experiencia formativa innovadora del Laboratorio de Patrimonio y Turismo Cultural que ha nacido de la colaboración entre la Universitat de Barcelona y la red IBERTUR. Tanto por la demanda, se superó con creces el número de alumnos previsto, como por la buena valoración hecha por los asistentes, podemos decir que el seminario ha cubierto las expectativas que se había planteado. Desde nuestro punto de vista la experiencia ha sido muy enriquecedora tanto por las aportaciones que han realizado los docentes invitados como por los numerosos ejemplos y debates que han aportado los alumnos.

El mundo de las apps está en plena ebullición y el sector del patrimonio cultural no es ajeno a esta ebullición. Ejemplo de ello han sido los intensos debates que han tenido lugar durante los tres días de seminario en los que se han puesto de manifiesto las principales cuestiones que preocupan en estos momentos a los profesionales.

mza_6171633444673395245.320x480-75Desde el punto de vista de los responsables de museos y equipamientos patrimoniales, se ha hecho evidente que hay mucha expectación puesta en las apps pero, al mismo tiempo, hay muchas dudas sobre cuál ha de ser su funcionalidad y cuál es su principal valor ¿cómo instrumentos de comunicación, como instrumentos de interpretación? En este sentido, por ejemplo, Anna Guarro, responsable del Área de Programas Públicos del Museo Picasso de Barcelona, explicó el proceso de gestación de su app, la primera de un museo en España, y compartió la valoración de los resultados obtenidos. Su principal conclusión fue que, frente a apps de carácter más institucional y genéricas, en el futuro se desarrollarán apps para temas específicos y dirigidas a públicos concretos como podría ser una app para la visita escolar a una parte de la colección del museo.

Uno de los aspectos que más interés suscitó en el seminario fue el de la accesibilidad a los contenidos y a los fondos gráficos que poseen los museos y demás instituciones patrimoniales. Por un lado Alex Hinojo (@Kippelboy), Wiki GLAM ambassador y ardiente activista cultural, además de dejarnos perlas del estilo «en estos tiempos de crisis y precariedad en los museos, los voluntarios somos los verdaderos mecenas» también aportó argumentos muy convincentes de la ventaja de la generalización del uso de contenidos abiertos en los centros patrimoniales, tanto en lo que respecta a su consumo como a su creación. Según Àlex, los centros patrimoniales, que son a la vez guardianes y creadores de contenidos, obtienen magníficos resultados de visibilidad en la galaxia virtual cuando acceden a compartir sus contenidos en un gran comunidad como Wikipedia, donde hay miles de personas dispuestas a ampliar contenidos o a traducirlos no sólo a los idiomas más comunes sino a cientos de otros idiomas a los que un museo nunca podría llegar con sus propios medios. Dentro de esta lógica Àlex consideró que las apps, entendidas como productos cerrados, eran una incómoda muleta que chirriaba en este universo de contenidos abiertos y cambiantes.

Un tema que también pusieron sobre la mesa los responsables de instituciones patrimoniales fue hasta qué punto era más útil una app o una web mobile. Esta discusión se basaba en que la mayoría de ejemplos existentes de apps de museos parecen un derivado de la web del museo a la que se ha añadido la función de audioguía. En relación a esta cuestión Marc Hernández, responsable de sistemas de información del ICUB, explico el ejemplo de la experiencia del MOMA. Para los responsables de comunicación del MOMA la ventaja de la app frente a la web mobile és que la app se alberga dentro del smartphone, facilitando la interacción usuario-museo y mejorando así el proceso de fidelización. Marc Hernández también nos explicó que en el ICUB las apps se están trabajando en dos grandes líneas. Por un lado, como sustitutos de los instrumentos tradicionales de comunicación en papel (programas, folletos, flayers…) y, por otro lado, como instrumentos para hacer accesibles y compartir los contenidos que generan y guardan los servicios culturales del Ayuntamiento.

bcn_visual_1_0Un ejemplo estrella en esta línea es la aplicación «Barcelona Visual», desarrollada por el Arxiu Fotogràfic de Barcelona. Su director, Jordi Serchs, nos explico la génesis del proyecto y sus principales características. En la línea de la app «Street Museum» del Museo de Londres, «Barcelona Visual» ofrece una selección de fotografías antiguas georreferenciadas de Barcelona que pertenecen a la colección del Arxiu. Entre otras particularidades, en esta app la función AR permite superponer el punto de vista actual con el de la fotografía antigua y también las fotografías pueden comprarse directamente desde la aplicación.

Una de las cuestiones que más tiempo ocupó en el Seminario fue el proceso de creación de una app. El primer tema de discusión lo provocó la reflexión sobre el porqué hacer una app en una institución patrimonial. Para tratar esta cuestión fueron clave los datos aportados por la investigación que se lleva a cabo desde el 2010 por Museums&Mobile. Hasta la fecha han sido los grandes museos de arte los que más han impulsado la creación de apps tanto en Estados Unidos como en el Reino Unido y también en España, aunque en nuestro país aún hay muy pocos centros que dispongan de una aplicación y ninguno que, como la Tate Gallery o el Victoria&Albert Museum, disponga ya de varias apps. Si bien los museos de arte han sido los pioneros, ha sido un museo de historia, el Museo de Londres, el que quizá ha entendido mejor la potencialidad innovadora de los nuevos dispositivos móviles para hacer interpretación del patrimonio, ejemplo de ello son las apps «Street Museum», «Londinium» y «Dark London». En su papel de instrumentos de comunicación, la app de Realidad Aumentada del Museo Nacional de Cracovia suscitó muy buenos comentarios en el hashtag del curso #appsil3.

Centrados ya en el tema de la viabilidad de las apps, una vez más los datos aportados por Museums&Mobile permitieron reflexiones interesantes. En primer lugar porque según la última encuesta, sólo disponen de apps un 30% de las instituciones patrimoniales. Este dato se puede interpretar como que las apps no consiguen arrancar como realidad en el sector del patrimonio o también puede interpretarse como que hay un gran territorio por explorar y conquistar. Lo que sí se puso de manifiesto durante el curso es que después de unos años de experimentos y pruebas cada vez se dispone de más datos y experiencias para orientar la creación de una app. Ya no basta con el «hay que estar», ahora hay que responder al «porqué hay que estar».

Al tratar la cuestión del público vimos que las apps parecen ser más útiles en la medida que más específico sea el público al que se dirigen. Frente a las apps generalistas, las apps temáticas o especializadas parecían tener más eficacia. Un buen ejemplo de ello es la app «Book of the Death» del British Museum.

La cuestión del público también llevó a la reflexión sobre la «rentabilidad» de las apps. Con un simple vistazo a las stores, rápidamente uno se da cuenta de que la mayoría de las apps desarrolladas por organizaciones patrimoniales son gratuitas, mientras que las apps de tema patrimonial (guía de la Acrópolis, por ejemplo) pero con una orientación turística son de pago. Este dato contrasta con el hecho de que, en general, las primeras son de una calidad no sólo superior sino infinitamente superior.

El seminario no sólo tuvo debates sino que pudimos vivir en directo prácticamente la aparición de la primera app del Museu d’Història de Catalunya. Albert Sierra, Responsable de Proyectos web y de Comunicación en la Direcció General del Patrimoni Cultural de Generalitat de Catalunya, nos presentó la app así como el plan de comunicación, cuestión clave para el futuro de las apps patrimoniales.

Algo que ha pasado desapercibido hasta la fecha en el mundo de las apps es que lo esencial de una aplicación patrimonial no es la cuestión tecnológica sino los contenidos. Lo interesante no son las diferentes formas de acceder a la información que puede proporcionarnos la tecnología sino la selección de la que es más adecuada y la elaboración de la información, de los contenidos, en función del público objetivo previamente definido.

Como era de esperar ante un «invento» nuevo como son las apps, han sido los programadores, los expertos tecnológicos, los que han marcado en un principio la personalidad de las aplicaciones ligadas a museos y monumentos. El ejemplo más recurrente ha sido el de convertir en aplicaciones las páginas web y añadirle la función de audioguía. Pero como también era de esperar, la experimentación de estos últimos años empieza a dar sus frutos y poco a poco vamos viendo aparecer un nuevo lenguaje y un nuevo tipo de relación entre las instituciones patrimoniales y la sociedad a la que se dirigen. Este nuevo lenguaje precisará de nuevos redactores, de creadores de contenidos y es de esta manera que las apps abren nuevas oportunidades a las instituciones y a los profesionales del patrimonio. Gracias a las apps ahora es más fácil que entre el creador de contenidos y el público haya una relación directa sin la necesidad de que las instituciones patrimoniales hagan de mediadoras. En cierto sentido esto es una revolución y por ello tampoco debemos sorprendernos si vemos surgir alguna contrarrevolución. Sea como consultores, como proveedores de servicios, como creadores de contenidos o como otro tipo de profesionales que no soy capaz de imaginar en estos momentos, las apps y, más allá de las apps, la creación de experiencias de conocimiento compartido en la red, está claro que se ha abierto un camino que parece no tener marcha atrás.

5 comentarios en “Apps sí, pero ¿cómo? y ¿por qué?

  1. Gràcies per fer-nos cinc cèntims de les jornades pels que no hi vam poder anar! Em quedo amb la idea del feedback amb l’usuari, amb un futur viatget a Londres per provar el recital d’aplicacions per la ciutat i l’app «Bcn visual», tot i que no hi hagin imatges de Sants… ; )

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    • L’Àlex ens va sensibilitzar a tots. Està fent una feina collonuda. L’Ajuntament de Barcelona i, en concret l’ICUB, estan convençuts de les potencialitats de les apps. Porten molt temps i molta feina feta, la qual cosa fa que tinguin ja molta experiència acumulada i moltes reflexions innovadores. També va ser molt interessant la participació de l’Albert Sierra que ens va presentar l’app de monuments de la Generalitat i ens va dir que el Departament de Cultura està preparant apps específiques per als monuments que gestiona.

      El curs en conjunt va ser molt interessant. La majoria de participants van intervenir aportant informació molt interessant. El LAB-PATC en vol fer una altra edició cap el mes de març així que a veure si pots assistir aquest cop.

      M’ha sorprés això que em dius de Sants, els hi diré a la gent de l’Arxiu. Una abraçada!!

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      • Un post molt interessant. Em quedo especialment amb algunes idees que apunteu de l’Àlex, especialment les que apunten a un model d’apps obertes que comptin amb la participació dels usuaris. Les que he provat fins el moment certament només es centren en la presentació d’imatges i continguts sense oferir una certa interacció.

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