La interpretación del patrimonio en la época de las apps

Ponencia presentada en el I Simposio Internacional de Arqueología del Born Centre Cultural, dedicado al tema «Arqueología, Tecnología y Patrimonio». Barcelona, 28 de noviembre de 2015. En el enlace siguiente se puede ver el video de mi ponencia en catalán.

https://www.youtube.com/watch?v=G3hkLzxx99s

La sociedad de consumo y el nacimiento de la interpretación del patrimonio

La interpretación del patrimonio nació a raíz del gran crecimiento que experimentaron las visitas a los parques nacionales en Estados Unidos tras la IIª Guerra Mundial, crecimiento que está íntimamente relacionado con el desarrollo de la sociedad de consumo y el aumento del tiempo de ocio entre las clases medias.

En la década de los 50 los grandes parques nacionales empezaron a ser frecuentados por un aluvión de nuevos públicos que no habían recibido una educación en los valores de la preservación del patrimonio. Los responsables de estos espacios naturales tomaron conciencia de que les correspondía a ellos llevar a cabo esta tarea. Había nacido la educación ambiental y de su mano llegó el arte de la interpretación del patrimonio.

Freeman Tilden, uno de los creadores del arte de la interpretación del patrimonio

En 1951, Tilden recibe el encargo de escribir un libro sobre los parques nacionales de Estados Unidos. Ese encargo le dio la posibilidad de viajar por todo el país y conocer de primera mano el Sistema Nacional de Parques. El libro resultante de ese encargo, The National Parks: What They Mean to You and Me, fue un éxito editorial y gustó tanto a su editor, Alfred Knopf, que lo calificó como «el mejor libro jamás escrito» sobre los parques nacionales.

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Los estadounidenses estuvieron de acuerdo. En masa se lanzaron sobre las ruedas de sus flamantes Buick y Conestogas, en dirección a las maravillas naturales del país, guiados ahora por las descripciones elocuentes y las cálidas anécdotas de Tilden.

Los orígenes de la profesionalización de la interpretación del patrimonio

Las visitas que hizo Tilden para escribir su libro, al mismo tiempo que le descubrieron unos territorios de profunda belleza, le permitieron también ver que los parques estaban desprovistos de buenos servicios de interpretación.

Los responsables del Servicio Nacional de Parques tomaron en serio su diagnóstico y para poner solución al problema le pidieron al mismo Tilden que hiciera un «replanteamiento de los principios básicos subyacentes en el programa de interpretación histórico y natural en el Sistema de Parques Nacionales».

Como preparación para esta misión, pasó una temporada haciendo visitas guiadas en el Castillo de San Marcos de la ciudad de San Agustín, en la Florida, un sitio gestionado por el Servicio de Parques Nacionales.

Freeman Tilden

Freeman Tilden

 

El principal objetivo de la interpretación debe ser la provocación

El resultado de este encargo fue el clásico Interpreting Our Heritage, considerado uno de los evangelios de la interpretación del patrimonio.

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En este libro Tilden desarrolla sus famosos seis principios de la interpretación del patrimonio, es decir, los seis aspectos clave que debe tener en cuenta cualquier propuesta interpretativa para ser eficaz o, lo que es lo mismo, para fomentar verdaderamente la sensibilización hacia la preservación del patrimonio cultural y natural. En palabras de Tilden:

Mediante la interpretación, la comprensión; mediante la comprensión, la estima; mediante la estima, la protección.

Quedémonos con la idea de que la preservación es el fin último de la interpretación y que los fines de la interpretación se obtienen de manera más eficaz mediante la provocación que con la instrucción, la provocación de la curiosidad y de la creatividad es más eficaz como método de conocimiento no reglado en el entorno de los sitios patrimoniales que la instrucción.

“Nunca habrá un dispositivo de telecomunicación tan satisfactorio como el contacto directo con una persona»

Portada de la edición en castellano del libro de Tilden editada por la Asociación de Interpretación del Patrimonio (AIP)

Portada de la edición en castellano del libro de Tilden editada por la Asociación de Interpretación del Patrimonio (AIP)

Aunque Tilden entiende la interpretación como un «arte» que puede incluir muchas disciplinas como el diseño gráfico, la literatura, el teatro, la música o la arquitectura, él siempre pensó que el más eficaz instrumento interpretativo era la visita guiada conducida por un intérprete experto:
«Nunca habrá un dispositivo de telecomunicación tan satisfactorio como el contacto directo con una persona, no ya sólo con la voz, sino con la mano, el ojo, la improvisación ocasional y significativa, y con esa sensación que fluye del físico de la propia persona”.

Pero si bien una buena interpretación personal es una de las mejores experiencias patrimoniales que se pueden vivir, también es cierto que en el mundo real esto es a menudo un ideal inalcanzable y la tecnología ha venido a paliar esta necesidad.

La tecnología y la interpretación «in situ» del patrimonio

Seguramente desde que un museólogo se enteró de la existencia de dispositivos de reproducción de audio sintió la tentación de usarlos como guías de visita. En los años 60 se popularizaron las «guías hablantes» que permitían hacer explicaciones en diferentes idiomas a un precio económico.

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En Empúries, además de la guía parlante, lo intentaron también con una guía en formato de disco donde un actor leía un texto de marcado carácter poético sobre la historia de la ciudad griega. Estos dispositivos difícilmente podían competir con las visitas guiadas pues, para empezar, no tenían movilidad.

La primera audioguía

La primera audioguía como tal, es decir, que se llevaba encima durante la visita a un museo, la desarrolló Phillips en Holanda para una exposición temporal del museo Stedelijk de Amsterdam en 1952. La tecnología utilizada fue un circuito cerrado de radio de onda corta.

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La salida de audio de un reproductor de cinta analógica sirvió como estación de emisión y la transmisión se realizó a través de una antena de cuadro. El audio llegaba a los visitantes a través de un receptor de radio portátil con auriculares, cuando entraban dentro del bucle de la emisión de radio, es decir, el visitante no podía escoger pistas sino que recibía lo que emitía en ese momento el emisor.

La revolución del Walkman

La audioguía de Philips no tuvo continuidad pero en los años 80 un aparato llegó para revolucionar la manera de escuchar música: el walkman de Sony permitía escuchar música por la calle paseando, haciendo footing o viajando en el bus, en el metro o en el tren.

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Con el walkman se perdió la vergüenza de escuchar música en público. Las posibilidades del aparato como herramienta de interpretación fueron consideradas por el Servicio de Parques Nacionales de los EEUU y en 1987 encargó al actor y director teatral Chris Hardman una visita para hacer con walkman por la prisión de ‘Alcatraz, que recientemente se había convertido en un monumento visitable.

Walkmanology

Esta primera «walkinguia» se hizo en su totalidad a partir de entrevistas a guardias y presos que habían trabajado o cumplido condena en Alcatraz. No se añadieron otras voces de locutores o actores generando así una experiencia particularmente convincente debido a las voces inquietantes que cuentan sus historias con sus propias palabras. Lo interesante de esta experiencia es que la audioguía no se planteó como sustituto económico de los guías sino como una experiencia que tenía sentido por sí misma y que ninguna guía podría ser capaz de reproducir. Hoy en día el servicio aún está en funcionamiento si bien los aparatos que reproducen ya no son los walkman.

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De esta manera se ponía en cuestión la idea de Tilden que los dispositivos de telecomunicación nunca serían tan eficaces como los guías. En realidad abrían un mundo de nuevas posibilidades interpretativas que una visita guiada nunca podría satisfacer.

Llega el MP3: movilidad y usabilidad

La aparición de los dispositivos de audio digitales y los sistemas de compresión de archivos de sonido a finales de los 80 permitió una mejora sustancial de los dispositivos portátiles de reproducción de sonido, especialmente en cuanto a la selección de pistas de audio y su calidad de sonido. En cuanto al mundo de los museos esta mejora tecnológica permitió la estandarización de un modelo de audioguía con forma de teléfono con un teclado numérico para la selección de los audios. Este modelo de audioguía se popularizó en los museos en la década de los 90.

El negocio de las audioguías

Muchos museos querían disponer de un servicio de audioguías pero su implantación suponía una fuerte inversión pues, además del coste de la creación de los contenidos (documentación, redacción de textos, locuciones, postproducción de audio, etc.) estaba también el coste de la compra de los aparatos y el coste de su gestión.

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Este hecho, junto con la existencia de una demanda de interpretación de las colecciones por parte de los visitantes de los museos, llevó al desarrollo de un modelo de negocio basado en la concesión del servicio de audioguías a empresas a cambio de que éstas hicieran la inversión inicial.

De esta manera las audioguías se convirtieron en el primer negocio rentable vinculado directamente a los servicios básicos de un museo, más allá de las tiendas y las cafeterías que son servicios complementarios.

La evolución hacia las guías multimedia y la popularización del GPS

Los primeros años del siglo XXI vieron la aparición de unos dispositivos multimedia portátiles que incorporaban, además del audio, pantallas para gráficos y vídeos, conectividad a Internet sin cables y guía con GPS. Por primera vez existía un dispositivo capaz de hacer todas las tareas que implica una visita guiada. Incluso algunos empezamos a pensar en la muerte de la señalización interpretativa pues estos dispositivos no sólo podían llevar incorporadas las explicaciones de audio de las audioguías convencionales sino que permitían también conectarse a Internet para buscar información sobre una duda y, además, te proporcionaban indicaciones sobre el itinerario a seguir.

El principal problema de estos dispositivos, no obstante, aparte de su precariedad tecnológica, era la poca penetración que habían tenido en el mercado, es decir, las pocas personas que los utilizaban.

El Iphone, un nuevo concepto de dispositivo móvil

Con la llegada en 2007 del Iphone de Apple y 2010 del Nexus One de Google se popularizó el uso de los smartphones y de un producto íntimamente asociado a ellos, las apps.

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Si Internet permitió que desde casa o el trabajo accediéramos a todo el mundo, los smartphones nos han permitido acceder al mundo desde cualquier lugar, siempre que este lugar tenga cobertura y los costes de roaming no te arruinen.

La época de las apps, la vida a través de una pantalla …

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Los smartphones han inundado nuestras vidas. Hoy es prácticamente imposible comprar un teléfono móvil que sólo sea teléfono. La popularización de móviles y tabletas ha revolucionado el consumo de prensa, radio, televisión y, además, ha añadido un nuevo formato de consumo, las apps.

Imagen1En el mundo del patrimonio esta revolución también se ha dejado sentir con fuerza.

Esta imagen generó bastante debate en Twitter hace un tiempo y se utilizó como prueba de la alienación que provocan los smartphones entre la gente joven: «Los adolescentes prefieren mirar el móvil que los cuadros de Rembrandt» decían los apocalípticos.

En realidad, no obstante, aquellos adolescentes estaban llevando a cabo una actividad didáctica con sus smartphones.

Nadie les hubiera criticado si en lugar de trabajar con el smartphone lo hicieran con un cuaderno y un lápiz.

¿Prohibido hacer fotografías? Los tiempos están cambiando …

El resultado más llamativo de la popularización de los smartphones con respecto al mundo de los museos y el patrimonio es el uso de estos aparatos como cámara fotográfica, como audioguía y para compartir la experiencia de visita a través de las redes sociales.

La popularización del uso de las redes sociales ha llevado al mundo del patrimonio y especialmente al de los museos a ser más permisivos con la atávica prohibición de tomar fotografías dentro de los recintos patrimoniales. Ahora se considera a las redes sociales un canal de comunicación y de promoción de la imagen del museo y, por tanto, hacer imágenes no sólo no se prohíbe sino que incluso favorece hasta el punto de que la moda del «selfie» ha hecho que algunos museos se decidieran, por ejemplo, regular el uso de los «palos selfie».

El uso de las apps en el mundo de los museos y del patrimonio

Entre los años 2009 y 2013 un grupo de investigación llamado Museums & Mobile (www.museums-mobile.org) llevó a cabo anualmente una encuesta sobre el uso de la tecnología móvil en sus instituciones. En la última encuesta realizada, la del año 2013, se pudo ver que se consolidaba la tendencia de promover proyectos de tecnología móvil en base a tres motivos principales: para ofrecer contenido interpretativo adicional y para promover el diálogo entre institución y visitante y experimentar vías de fidelización, es decir, explorar los potenciales de las redes sociales. Sorprende el poco interés por la cuestión lingüística y ya apunta la potencialidad para personas con necesidades especiales.

De la app generalista en la app específica

En cuanto al mundo de los museos y el patrimonio, en seis años que hace que existen las apps se puede decir que ha habido una evolución que hacer apps de carácter genérico, que beben aún mucho del diseño de la tela y de audioguías , a hacer apps de carácter más específico, pensadas con una funcionalidad concreta o dirigidas a un público determinado. Veamos ahora algunos ejemplos que nos ilustran esta evolución.

La app del MoMA: un estándar de app institucional

La app del MoMA ha definido el estándar de las apps para los grandes museos de arte: una app que combina información de carácter práctico con contenidos para preparar la visita y audioguía para visitar las exposición permanente y las temporales.

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De hecho esta app reproduce en buena parte la información que hay en la web pero con el añadido de que, además, se pueden hacer llegar avisos a los usuarios. En un principio las aplicaciones de los grandes museos de arte combinan tres funciones principales:

  • Información práctica (agenda).
  • Contenidos complementarios de las exposiciones (vídeos generalmente).
  • La función de catálogo / audioguía

En el caso del Moma la especialización tomó la forma de una app dedicada al público infantil y orientada a la experimentación artística. En un principio la app fue de pago pero actualmente es gratuita. La App Art Lab está diseñada para tabletas y consiste en un escritorio de dibujo donde se pueden cargar una serie de dibujos de la colección del museo, reinterpretarlos y después compartirlos a través de las redes sociales.

La app del Rijks Museum: el triumfo de la guía multimedia.

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A diferencia de la del MoMA, la app del Rijks Museum se orientó claramente a la funcionalidad de guía multimedia. Coincidiendo con la gran reforma del museo se decidió que toda la interpretación de las colecciones se haría a través de dispositivos móviles, liberando el espacio del museo de otra cosa que no fueran las obras de arte y la señalización básica. La app del Rijks se lanzó en 2013 con dos itinerarios que tenían cada uno dos versiones temporales y la modalidad de visita libre con teclado numérico. Actualmente dispone de doce itinerarios diferentes y de un juego de descubrimiento pensado para grupos familiares. Lo más interesante es el esfuerzo interpretativo que ha hecho el museo, generando unos contenidos que utilizan un lenguaje sencillo acompañado de referencias populares y sentido del humor como cuando compara a Guillermo de Nassau con Cruyff al hablar del himno nacional holandés.

La app del Museo de Culturas del Mundo: cómo interpretar una colección.

Inspirada conceptualmente en la app del Rijks Museum, la app del Museo de Culturas del Mundo, también se centra en su carácter de guía multimedia. A diferencia del museo holandés, el barcelonés se planteó la app como una herramienta complementaria pues la exposición permanente del museo incorpora dispositivos de interpretación multimedia en sala.

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En este sentido la app ofrece una propuesta de itinerarios con una interpretación de las piezas que los conforman, estructurada a partir de tres preguntas:

  • ¿Qué es? Identificación y funcionalidad de la pieza.
  • ¿Qué representa? Lectura iconográfica.
  • ¿Qué significa? Lectura simbólica, cultural, religiosa.

La app incluye material de contexto como vídeos o fotografías y también incorpora un itinerario específico para personas con dificultades visuales con contenidos pensados ​​específicamente para este colectivo que incluyen la descripción de las piezas

«London Street Museum»: un nuevo lenguaje de app.

La app del Museo de Londres «London Street Museum» marcó un hito en la corta historia de las apps de patrimonio pues creó un producto radicalmente nuevo que sólo era posible ofrecer a partir de la existencia y popularización del uso de la tecnología smartphone.

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Sin un dispositivo multimedia con GPS y cámara era impensable disfrutar de una imagen en el lugar que se hizo y poder comparar el antes con el ahora. La idea de georeferenciar las fotografías antiguas del archivo y ofrecerlas empaquetadas en una app supone un ejemplo más de que la tecnología está ayudando a mejorar la interpretación. Obviamente, este producto acompañado de un guía experto se convierte en una experiencia interpretativa «top».

«Barcelona visual»: sacar el archivo en la calle sin dañar los documentos.

Inspirada en la app «London Street Museum» Barcelona Visual aprovecha también los nuevos dispositivos móviles para proponer una experiencia de descubrimiento de la ciudad a partir de una selección de fotografías del fondo del Archivo Fotográfico de Barcelona. La idea en esta app es encontrar el punto de vista desde donde se hicieron las fotografías antiguas con el objetivo de hacer una fotografía y comparar el antes con el ahora. Incorpora también un sistema de venta «on line» de las imágenes.

En este caso la interpretación no tiene un carácter didáctico o narrativo sino que tiene más que ver con un ejercicio de descubrimiento de la ciudad, de encontrar puntos de vista y de interactuar con la realidad a partir del pasado.

«Londinium»: una herramienta para descubrir el Londres de época romana.

Viendo el éxito de la app «London Street Museum» el Museo de Londres se decidió a sacar una app sobre el Londres de época romana. En este caso las fotografías antiguas han sido sustituidas por imágenes de las excavaciones llevadas a cabo en diferentes lugares de Londres y de los restos encontrados en cada excavación.

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Una serie de puntos son objeto de un juego de realidad aumentada que permite ver vídeos que recrean escenas que deberían haber pasado en aquel lugar. Por ejemplo, en el lugar donde se suponía que estaba el anfiteatro romano de Londinium tal y como se ve en esta imagen.

Una aportación innovadora de esta app fue la de incorporar un mapa con una barra de tiempo que te permitía superponer el plano de Londinium en el plano de Londres.

«Interpretar el Parque Güell»: una app pensada como ejercicio interpretativo.

Desde que empezamos a hacer apps nos planteamos el reto de hacer una para el Park Güell. En el momento que empezamos a trabajar el parque era un espacio que recibía una media de 9 millones de visitas anuales y que no disponía de ninguna estrategia interpretativa, a pesar de disponer de un centro de interpretación.

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La idea de la app era proponer al visitante culturalmente inquieto una herramienta para su visita al parque, empezando por cuál era la mejor hora y la mejor época del año para hacerlo. En cuanto al discurso interpretativo se basó en la idea del parque como una Nueva Arcadia, metáfora compartida por Güell y Gaudí.

Los contenidos consisten en unas píldoras narrativas que se acompañan con una sutil postproducción de audio que recrea el sonido que se puede escuchar en el parque a primera hora de una mañana de primavera. El discurso se inicia y se cierra con un vídeo.

Iesso: verás piedras que te ayudarán a revivir la historia.

La idea de recrear el ambiente de una ciudad romana que presenta Londinium es también la idea de la que partimos en el momento de conceptualizar la app del Parque Arqueológico de Guissona «Iesso».

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Básicamente la app debía servir para resolver dos problemas interpretativos graves que tenía el yacimiento: la superposición de épocas que hace incomprensible la lectura del conjunto arqueológico y la escasa visibilidad de los restos que dificultan la comprensión de las estructuras arqueológicas.

Por otra parte, la app debía ser un complemento de la visita al Museo de Sitio donde había explicaciones sobre la evolución histórica de la ciudad. Dada la limitación presupuestaria que hacía imposible la realización de vídeos o de reconstrucciones arqueológicas, la solución que se propuso fue la de incluir una barra de tiempo donde se mostraban las cinco etapas claves del yacimiento y los POIs asociados a ellas. Los contenidos consistían en una narración femenina acompañada de escenografías sonoras que recreaban los diferentes lugares de la ciudad.

«Ceretania», la voz del intérprete dentro de la app.

La app Ceretania está dedicada a explicar el yacimiento ibérico, romano y medieval que hay en el Castellot de Bolvir, en la Cerdanya. Esta app se pensó como un complemento del Centro de Interpretación del yacimiento y debía servir para acompañar la visita a los restos museïzados.

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Se trataba de hacer un producto de bajo presupuesto y efectivo. Había pues que empezar por pensar una app sencilla, que sólo tuviera lo esencial para su función: la visita al yacimiento. Partimos de la idea de Tilden de que no había instrumento interpretativo más eficaz que un buen intérprete y pensamos que la app reproduciría esta idea. Preparamos una serie de preguntas que son las que los visitantes hacen con más frecuencia cuando visitan el yacimiento y grabamos las respuestas que nos dio uno de los arqueólogos responsables de la investigación en este yacimiento.

«Faking it», la interpretación como juego de aprendizaje

Dentro del campo de la experimentación interpretativa con apps el MET (Metropolitan Museum of Art) ha generado en los últimos años una serie de productos interesantes vinculados a exposiciones temporales. Uno de estos productos es esta app «Faking It» que trata el tema del retoque fotográfico antes de la llegada de Photoshop.

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La app sirve tanto para promocionar la exposición como para preparar la visita o como ejercicio después de haber visto la exposición. Basada en la idea del juego del trivial (es decir, elegir entre tres respuestas posibles a una pregunta) resulta muy eficaz como herramienta de exploración y reflexión. La interacción hace que sea atractiva para los usuarios. Se trata de una herramienta de bajo coste que aprovecha toda la investigación y documentación hecha para preparar la exposición.

«Life and Death» un nuevo concepto de catálogo de exposición.

«Life and Death» es una app pensada para tabletas, un dispositivo que está siendo cada vez más popular y que tiene un gran potencial educativo. En este sentido cada vez vemos aparecer más productos de este tipo pensados ​​exclusivamente para el formato tableta.

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En realidad se trata de un nuevo tipo de producto educativo multimedia que incorpora mapas interactivos, menús temáticos, gráficos y vídeo. En este caso los especialistas no dejan su texto escrito sino que nos hablan directamente a través de los vídeos que incorpora la app. Esta app fue producida por el British Museum en el marco de una exposición temporal, de la que podríamos decir que era su catálogo multimedia.

«Barcino 3D», la interpretación arqueológica antes de la visita.

En la línea de productos específicos para tabletas el Ayuntamiento de Barcelona desarrolló la app Barcino 3D.

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Como la app de Pompeya que citamos anteriormente, Barcino 3D es un producto pensado para ser consumido en casa o en el estudio, como elemento para descubrir la Barcelona Romana o preparar una visita. Es decir no se trata tanto de una guía para moverse por Barcelona sino para descubrir cómodamente sentado.

«Explorar el arte rupestre», una app para explorar el mundo de los artistas paleolíticos

La Cueva de Chufín forma parte del conjunto de cuevas declaradas Patrimonio del entorno de Altamira (Cantabria). Es una cueva que sólo se puede visitar durante un período muy corto de tiempo al año que además coincide con las vacaciones escolares.

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Esta app se pensó para fomentar el conocimiento de la cueva entre los escolares y sus familias. La app también debía servir para preparar y fomentar la visita a la cueva. Como las que hemos visto anteriormente la pensamos ya en formato de tableta pues debería tener principalmente un uso doméstico y en las aulas. La app sugiere un viaje alrededor de la cueva de Chufín hace 17.000 años del que se pueden explorar cuatro escenarios diferentes. Aparte de su utilidad para entender cómo era la vida de los artistas del periodo Solutrense y Magdaleniense, la app es una herramienta de interpretación que ayuda a descubrir el instrumental lítico y su utilidad.

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La app también sirve para experimentar con las técnicas de calco de las pinturas y los grabados rupestres. Por último, la app incorpora una herramienta para compartir los dibujos vía correo electrónico.

«Main Limes»: una app para potenciar una visión territorial del patrimonio.

Las apps pueden ser instrumentos muy útiles para fomentar la visión territorial del patrimonio. Un buen ejemplo de ello es esta app «Mainlimes Mobil» que permite explorar los sitios del Patrimonio Mundial «Fronteras del Imperio Romano» del área del Mainlimes.

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Esta app podría servir de referencia a los responsables de la gestión de los monumentos que integran la declaración de Tarraco Patrimonio Mundial para un app que pusiera de relevancia el conjunto de elementos.

Conclusiones ¿Visita guiada o audioguía?

Es cierto que los guías siempre han visto en las audioguías como un enemigo, unos competidores desleales que no tienen horario, ni derechos laborales, ni necesidad de descansar y que siempre dicen exactamente lo mismo.

Durante mucho tiempo he defendido que guías y audioguías ofrecen dos experiencias de visita radicalmente diferentes y que, por tanto, no eran competencia. Sigo pensando lo mismo, pero también ahora soy consciente de que, como en otros tantos ámbitos de la vida, la tecnología que debía servir para hacernos la vida más fácil, a la hora de la verdad, ha servido sobre todo para hacer más precario el mercado de trabajo, en un sector ya de por sí especialmente débil.

Reacciones analógicas en la época de las apps

El Rijks Museum ha lanzado recientemente una campaña dirigida a dejar de utilizar la cámara de fotos para fotografiar las obras de arte y en su lugar utilizar el lápiz y una libreta para dibujarlas.

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La idea no es prohibir hacer fotografías sino fomentar la mirada tranquila y entretenida sobre la obra del arte en lugar del frenético consumo del turismo cultural de masas donde la cantidad parece más importante que la calidad.

La interpretación como provocación.

Decía Tilden que el principal fin de la interpretación era la provocación y no la educación pero, como explica David Uzzell, «los intérpretes suelen abordar la dimensión cognitiva de la interpretación haciendo hincapié en la mejora de los conocimientos y la comprensión de los problemas de la gente. Las dimensiones afectivas y de comportamiento, sin embargo, han recibido relativamente poca atención en la planificación y diseño interpretativo. Si las consideraciones emocionales y de conducta son esenciales para la formación de las actitudes y para el cambio, entonces cualquier interpretación que excluye estas dimensiones es menos probable que sea eficaz. ¿Cuáles son, entonces, las implicaciones de esta manera de enfocar la construcción de significados para la interpretación, y en particular para las instituciones responsables de la interpretación? ¿Cuál debería ser la respuesta institucional a este cambio en la manera de pensar? » (Uzzell, DL (1998) ‘Interpreting Our Heritage: A Theoretical Interpretation’ in DL Uzzell and R. Ballantyne (eds.) Contemporary Issues in Heritage and Environmental Interpretation: Problems and Prospects, London: The Stationery Office).

Tanto en su vertiente educativa como turística, la misión de los museos y de los centros patrimoniales no debe ser la enseñanza sino la sensibilización hacia la preservación y el disfrute del patrimonio.

Disfrutar del patrimonio como objetivo de la interpretación

El concepto de interpretación ha tenido poca penetración en nuestro país, especialmente porque no hay una formación específica en este ámbito.

Por el contrario, en los últimos veinte años hemos visto crecer como las setas numerosos centros de interpretación, por todas partes y sobre cualquier temática. En muchos de estos centros la interpretación sólo se encuentra en el nombre porque generalmente son espacios, en el mejor de los casos, con una vocación didáctica.

Hemos acabado confundiendo interpretación con narración de carácter didáctico y esto ha llevado a que los «espacios interpretativos» se conviertan en espacios didácticos, como si se tratara de una extensión de las aulas de las escuelas y eso creo que va en detrimento de la principal función que deben tener los espacios patrimoniales que es enseñar o ayudar o facilitar a los visitantes a disfrutar del patrimonio.

¿Es posible que la tecnología favorezca la estima hacia el patrimonio?

Hemos empezado diciendo que, según Tilden, nunca habrá un dispositivo de telecomunicación tan satisfactorio como el contacto directo con una persona pero estoy casi convencido de que Tilden hubiera cambiado de opinión si hubiera podido disfrutar en Sant Climent de Taüll de la experiencia «Taüll 1123 «una proyección de videomapping sobre el ábside de la iglesia que se inspira en el proceso de creación de las pinturas.

Mapping de Sant Climent de Taüll

Mapping de Sant Climent de Taüll

Está claro que la evolución de la tecnología en el siglo XXI nos permite proponer experiencias que eran inimaginables en la década de los 50 del siglo pasado pero también es cierto que para que la tecnología sea eficaz para el patrimonio es necesario que haya gente capaz de imaginar y dar un sentido a estas experiencias y esto sólo será posible con una mejora y crecimiento de la formación en interpretación y también, claro está, si hay instituciones con voluntad de pagar esta interpretación. ¿Tecnología sí o no? Tecnología sí pero con cabeza y corazón.

19 comentarios en “La interpretación del patrimonio en la época de las apps

  1. Felicidades por el artículo Manel. Saludos de Juanjo desde el talibanato interpretativo de Canarias.
    Una alegría leer estas reflexiones sobre la tecnología moderna y sus posibilidades interpretativas. Con rigor , interés y ejemplos, muchos ejemplos.
    Y qué alegría leer por aquí a mis queridos Santos Mateos, Marcelo y Jor. Santos, la última vez que te vi estábamos tirándonos nieve de camino a Madrid viniendo del CENEAM jajajaja (siento utilizar tu blog para ésto, Manel, pero no he podido evitarlo).
    En fin, mis palabras iban en la línea de Jorge: vente al encuentro aipero en Barcelona este próximo marzo y comparte todo ésto si te parece bien.
    Un abrazo y a seguir.

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    • Gracias a Manel van apareciendo viejo amigos de la Asociación para la Interpretación del Patrimonio.
      ¡Ahora Juanjo!
      Juanjo fue el responsable que conociese el almogrote. Manel, una delicia canaria que deberías incluir en alguna de tus exquisitas recetas.
      Solo por eso ya tiene un espacio en mi «corasonsito».

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      • Hermano Santos. Gracias por ese pedacito de «coransonsito».
        A pesar de los años transcurridos, sigo ligando con el almogrote canario.
        Un saludo y disfruten de esas jornadas. Tengo mucho interés en ellas y tu trabajo Manel, pero tampoco podré asistir. Quizás consultemos cosas telefónicamente. A ver si me llega algo de material para estar al día.
        Un saludo a todos.

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  2. Hola Manel y demás compañeros. Genial el artículo. Marcelo ya me había hablado de tus avances con las apps. Me parece muy ilustrativo, y voy corriendo a recomendarlo en mi página de Facebu.
    Puesto que nuestro próximo encuentro anual será en Barcelona, sería genial que pudieras intervenir ahí.
    Abrazos,
    Jorge

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    • Muchas gracias Jorge, aprecio mucho tus palabras porque siempre has sido una referencia para mí. Desde hace diez años estamos experimentando con apps y estudiamos las potencialidades de los dispositivos móviles para la interpretación así que será un placer y un honor participar en el Encuentro. Un fuerte abrazo.

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  3. Aportaré lo que sea necesario para que sea verdad… A ver si aprovechando su venida a Sevilla, intentaré tender redes para juntarnos en una sesiones «paralelas». cariños.

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  4. Jajaja, Marcelo, ¡grata sorpresa! ¡y mucho!
    Yo también sufrí una proceso de radicalización interpretativa y creo que logré curarme para quedarme sólo con su esencia.
    Ya que sacáis de procesión a vuestros santos, yo también quiero acordarme de Renée Sivan. Y, como Marcelo, de mi querido Jorge Morales.
    ¡Un fuerte abrazo Marcelo! (él no lo sabe, pero también forma parte de mi santoral).
    Manel, como Santos te pido que organizes una reunión con todos nuestros santos ¡Tú cocinas!

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  5. Grande Manel, yo abandono el talibanato interpretativo y usted nos trae a Tilde redivivo (y no pone la portada del libro en español editado por la AIP). Recuerdo al profesor Carrier que gracias a usted conocí antes que a Tilden y créame que le digo que lo hecho de menos. Al director del Museo de Neu Chatel, a la señora Eilean Hooper-Greenhill, Departamento de Museología de la Universidad de Leicester, y sus comunidades interpretativas que jamás nadie en el talibanato nos citó… bueno que su artículo me parece estupendo, la Interpretación es demasiado principista para mi edad, me volví diletante, yo fui talibán pero me curé y en aquella época me dedicaba a discutir con vuesa merced y don padró, santo varón. hago genuflexiones frente a mis maestros, incluyo a Jorge Morales y el Nutri, y que sepan que guardo en mi corazoncito un principio trascendente para el patrimonio: pensemos lo que hacemos y seamos críticos. Un abrazo, esperemos vernos en Sevilla. (Cariños al Santi Mateo que está más arriba).

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    • Marcelo, conseguiste arrancarme un gesto de nostalgia y un escalofrío de emotividad con tus palabras y como gran intérprete que siempre fuiste, aún cuando ejercías de talibán. Nuestro querido Christian Carrier está pasando malos momentos ahora por graves problemas de salud que le impiden leer y escribir. Tengo pendiente una escapada para saludarlo. Respecto a los otros que citas, especialmente Jordi y Santos, éstos sí que gozan de buena salud y cada uno a su manera siguen con el filo bien afilado repartiendo a diestro y siniestro. En fin, conseguiste que me pusiera trascendente y en realidad sólo quería decirte que vos sí que sos grande. Un fiuerte abrazo, nos vemos en Sevilla en junio si no tengo que ir antes.

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      • Gracias en nombre de la AIP y que sepan que se está reeditando, fue un gran trabajo conseguir su edición. Un abrazo y mil gracias. (Manel, todo saben que no soy precisamente grande, tal vez de edad, (ja ja ja)

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  6. Gran trabajo, Manel. Un artículo muy útil.
    Relacionar TIC e Interpretación del patrimonio es hoy día fundamental. Y si no se olvida que el mejor medio interpretativo sigue siendo el ser humano, como tú haces, mejor que mejor.
    Sobre el tema que comentas de la nula posibilidad de cursar estudios de Interpretación por España, solo un pequeño detalle: por aquí funcionó durante los últimos años un postgrado de Interpretación del patrimonio (impartido online por la UOC y la Universitat de les Illes Balears). Es justo reconocerlo. Yo tuve la gran suerte de participar en él como alumno. Y la experiencia fue muy positiva.
    Y el Instituto Andaluz del Patrimonio Històrico acaba de «lanzar» un curso online que pinta muy muy bien (info aquí: http://www.iaph.es/web/canales/formacion/cursos/cursointerpretacion/). Hay un profesor que lo hace especialmente bien: un tal Manel Miró 🙂
    Felicidades por el trabajo de arqueología sobre el tema.

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    • Muchas gracias Santos por tu comentario y tienes razón algo he oído comentar, no todo bueno, de ese profesor del que hablas 🙂
      En relación a lo que he escrito sobre la formación está claro que debí ser más preciso. Se han impartido muchos cursos en los últimos años, incluso yo he participado en algunos pero lo que reclamo es un programa formativo permanente que se imparta en todas las universidades, incluso debería ser objeto de formación en el primer grado universitario. La formación específica en interpretación debería exigirse a cualquiera que trabaje en un museo o sitio patrimonial.

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      • Hola Manel, Santos, Marcelo:
        Es genial encontraros a todos juntos por aquí.
        En los estudios de Diplomatura en Turismo en la Universidade da Coruña (CENP) llevo impartiendo la asignatura de Interpretación del Patrimonio desde 2001. Conseguí introducirla como asignatura de Libre elección. Así estuvo varios años., Es cierto que no la hacían todos, era optativa, pero siempre tuve un buen número de alumnos. Al aparecer los grados seguí presionando para que fuese una asignatura obligatoria. Por supuesto no lo conseguí. Pero sí como optativa,,se imparte en segundo. De nuevo no me quejo del número de alumnos que la eligen, aunque lo ideal sería que la dieran todos. Creo que está más presente la formación de lo que pensamos. Aunque es cierto que no existe una titulación específica o una certificación.
        Un abrazo.
        Mavi

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